Su carrocería fue forjada en fibra de lino, un material que es flexible, resistente y muy liviano. Con él se revistió el tanque de nafta y los “embellecedores” que posee la horquilla delantera.
El faro principal, al igual que los demás elementos lumínicos de la moto, son de tecnología LED pero formadas por matrices de chips controladas por Arduino, por lo que se las cataloga como “inteligentes”. Además, toda la instrumentación fue “incrustrada” al tanque de combustible.
A diferencia del motor tricilíndrico que produce cerca de 115 CV que se mantuvo casi intacto, la parte de ciclo fue equipada con piezas de alta calidad como frenos Brembo, suspensiones Öhlins con amortiguador STX 46, kit de cartucho NIX 30 y llantas de fibra de carbono.
La mayoría de las piezas que creó la empresa gala, como la carrocería, los retrovisores y el subchasis, entre otras, fueron desarrolladas mediante técnicas de diseño 3D, ingeniería virtual y renderización. Ante eso, Simon Dabadie, fundador de Dab Motors explicó: «En un mundo donde impera la tecnología, no debemos quedarnos anclados al pasado con antiguas formas de trabajar. Debemos explorar todas las posibilidades, utilizando nuevas tecnologías e inspirarnos en ellas. Queremos estimular la curiosidad de la gente usando nuevos tipos de materiales, siendo críticos y probando cada idea que tenemos. Se trata de no ponerte límites y abrir la mente a formas potencialmente revolucionarias de hacer las cosas»