Regirá desde el 15 de junio, por decreto, una modificación a la Ley Nacional de Tránsito que establece la obligatoriedad de los motociclistas de llevar el número de patente en el casco, al igual que su acompañante, que deberá además, usar chaleco refractario con la matrícula impresa.
La iniciativa pretende tener mayor control para combatir la modalidad delictiva de los denominados “motochorros” pero, tal como en anteriores intentos de implementación, despertó más resistencia que adhesiones entre los usuarios de motovehículos.
Mediante el decreto 171/2017, publicado ayer en el Boletín Oficial, el Gobierno Nacional modificó la Ley Nacional de Tránsito y dispuso que obligatoriedad de imprimir reglamentariamente el número de patente en el casco del conductor y acompañante; y que el segundo deberá usar un chaleco reflectante con la matrícula identificatoria de la moto estampada.
Desde el 15 de junio, será exigida en el casco del conductor y pasajero «la identificación de dominio del motovehículo, adherida en letras y números reflectantes, sin que coincida con el color de fondo del casco».
De acuerdo a la norma, «el acompañante» que se desplace en moto deberá, asimismo, usar un chaleco reflectante, también con la identificación del dominio del vehículo.
«La obligación de portar el casco y en su caso, el chaleco con identificación, se extiende al momento del ingreso, egreso y circulación por el interior de las estaciones de servicios, siendo su uso obligatorio a los fines de la carga de combustible», señala el decreto.
Según las autoridades nacionales, la medida pretende atacar «la espiral creciente del delito que lesiona los principales bienes jurídicos de quienes son víctimas de actos criminales, cercenando así sus Derechos Humanos básicos y fundamentales».
Además, la decisión se basa en que «la masividad del uso de motovehículos a lo largo del territorio de la Nación, y más allá de la comodidad que proporciona este medio de locomoción, su accesible adquisición y su economicidad, ha facilitado de modo paralelo la concreción de hechos delictivos en la vía pública, altamente reprochables por la sociedad».
El Gobierno argumentó que «en la mayoría de los casos se produce la impunidad del delito, debido a la dificultad que se suscita para identificar y aprehender a los delincuentes al momento del atraco ya que, muchas veces, no pueden ser identificados por sus víctimas porque el casco, de uso obligatorio, oculta el rostro del agresor».
Si bien el decreto regirá en todo el territorio del país, su acatamiento por parte de administraciones provinciales y ciudades se vislumbra, momentáneamente, como dispar. La ciudad de Santa Fe no adherirá a la medida, por ejemplo.
Desacuerdo y movilización de motociclistas
La decisión, que había generado en su momento polémica cuando se instrumentó en la provincia de Buenos Aires y en Córdoba, donde debieron echar marcha atrás, volvió a despertar oposición entre los motoqueros.
A través de las redes sociales, ciudadanos particulares y organización civiles empezaron a autoconvocarse para manifestar su descontento con la decisión, y bajo la consigna «Las personas no se patentan», anunciaron una protesta para el día de hoy.
«Marcha Nacional Motociclista el miércoles 15 de marzo», anuncian desde Facebook, con lo que se estima una amplia respuesta a la convocatoria que se llevará a cabo desde las 17.30 en el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires, lugar de concentración y desde donde partirá una caravana hacia el Congreso de la Nación.
Como ocurrió en 2014, cuando la administración del gobernador Daniel Scioli quiso aplicar una disposición similar en la provincia de Buenos Aires, los motociclistas autoconvocados le dicen “No” al uso de casco y chaleco con patente a nivel nacional porque lo ven como un “abuso de autoridad” que “limita nuestras libertades, discrimina e impide la libre circulación”.
La reforma de la Ley Nacional de Tránsito anunciada por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que ya tiene su decreto reglamentario firmado por el presidente, Mauricio Macri y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, “es una cortina de humo para engañar a la sociedad haciéndole creer que esto soluciona la problema de inseguridad del delincuente en moto», enfatizan, en general, los usuarios de motos.
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