El próximo 6 de enero el Dakar dará inicio a su edición número 41 que se celebrará íntegramente en tierras peruanas, escenario que promete alrededor de 5550 km de mucha navegación y un 70% de dunas.
La casa de Mattighofen tuvo muy buenas experiencias en tierras sudamericanas ya que ganó 10 de sus 17 títulos consecutivos en la categoría motos. En 2019 buscará ampliar ese palmarés con una combinación muy efectiva: pilotos con experiencia (entre ellos los últimos 3 ganadores: Price, Sunderland y Walkne) y la siempre candidata KTM 450 Rally.
Este prototipo creado específicamente para la competencia está plagado de soluciones que buscan reducir el peso total de la unidad, sin perder resistencia. Por ejemplo, utiliza un chasis multitubular con tubos de sección estrecha, un subchasis más robusto que se atornilla directamente al bastidor y varias piezas mecanizadas.
Por otro lado, su carrocería posee muchas partes de fibra de carbono, aunque su premisa principal es generar una buena capacidad de carga -posee dos tanques de combustible a los laterales- y mantener una correcta protección aerodinámica. Su estructura es integral y se extiende desde el depósito hasta la parte trasera donde se almacena agua. En el frontal, como las demás motos protagonistas, posee una cúpula que protege el cuadro de mandos integrado por el roadbook, doble trip digital y una pequeña pantalla que transmite información sobre el estado de la moto.
Su motor monocilíndrico de 449 cc es uno de los más completos del Dakar, a partir de su fiabilidad y competitividad. Si bien su potencia no fue declarada de manera oficial, se estima que ronda los 70 CV. Además, está equipado con un sistema de escape Akrapovic y embrague Hinson, mientras que su parte de ciclo exhibe suspensiones WP, frenos Moto-Master y un amortiguador de dirección firmado por Scott.