Como ya es costumbre cada vez que se realiza la Semana de la Velocidad en Bonneville, el diseñador Mark Atkinson descubre una llamativa creación. Para la edición 2017 contó con la fuerte ayuda del turco Mehmet Doruk Erdem para transformar una BMW K75 en una auténtica streamliner.
Una obra impactante desde lo estético y también desde lo técnico. Sus líneas agresivas son las que resaltan a primera vista, acompañadas por el fino detalle del asiento retro marrón que sigue visualmente la ideología del “cubre tanque”, donde el piloto se apoya.
A la hora de correr puede hacerse cargo de esa personalidad que le fue impuesta. Este «tiburón banco» huele sangre y acelera.
Como base se tomó una BMW K75 de mediados de los 80, propiedad de Atkinson, cuyo motor de 740 cc y 75 CV fue el componente central. El resto de las piezas, o al menos su gran mayoría, fueron ideadas por el estadounidense, quien mantuvo un contacto, en muchos casos virtual, con Doruk Erdem, residente de Estambul. El turco recibía las fotos, moldeaba los diseños por computadora y los volvía a enviar a Utah, ya listos.
La distancia entre ambos, no fue un problema gracias a la continua comunicación y a la ayuda de otros especialistas como el ingeniero Jean Michel-Theirs, autor de la complicada dirección central basada en un par de pequeños cilindros hidráulicos que le otorgan a la streamliner el ángulo de giro que necesita.
Otros de los retos que atravesaron los creadores fue la adaptación del chasis al motor ubicado en la parte delantera y, a su vez, recubrir todo con una cúpula de fibra de carbono para alcanzar el objetivo: una moto veloz y con un diseño radical, pero muy atrayente.
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https://www.youtube.com/watch?v=obK7azLtcMI
Fuente: Bikeexif