Desde su lanzamiento en 1981 la Suzuki Katana fue un ícono del mercado a partir de sus prestaciones y su inconfundible estética. En la actualidad, la empresa con sede en Hamamatsu reeditará ese mítico modelo basándose en la premisa de un diseño distintivo, pero plagándolo con tecnología de punta y equipamiento de primer nivel.
La GSX-S1000S, como fue denominada, significó una de las novedades más esperadas del Salón Internacional de Colonia que se celebró durante la última semana. A diferencia del Concept Katana 3.0 dado a conocer en el EICMA 2017 y realizado sobre la base de la Sport Tourer GSX-S1000F, el modelo final se plasmó sobre el motor de la deportiva GSX-R1000 desarrollado entre 2005 y 2008. Ese bloque de cuatro cilindros en línea y 999 cc fue actualizado para sobrepasar las leyes anticontaminación y finalizado con un nuevo sistema de escape. Declara 150 CV y 108 nm de torque.
El apartado electrónico de la Suzuki Katana será protagonizado por tres niveles de control de tracción, asistente a bajas revoluciones para facilitar la salida, Easy Start System y un cuadro de mandos LCD digital de fácil lectura.
Otro de sus puntos fuertes será su parte de ciclo, signada por un chasis de doble viga de aluminio, un basculante del mismo material y suspensiones deportivas con una horquilla invertida KYB de 43 mm regulable delante y un monoamortiguador detrás. Los frenos estarán encargados a un doble disco delantero de 310 mm mordido por pinzas Brembo de cuatro pistones y a un disco simple detrás, acompañados por un sistema ABS firmado por Bosch que sólo pesa 640 gramos.
Se estima que la Suzuki GSX-S1000S Katana llegará al mercado internacional en 2019, aunque la marca todavía no confirmó la fecha exacta.