Más allá de la cantidad de modelos presentados en el EICMA, uno de los productos que más llamó la atención fue una pinza de freno integrada en la horquilla, propuesta por las marcas Nissin y Showa. Ambas firmas, bajo el paraguas del grupo Hitachi Astemo, presentaron este nuevo dispositivo en el Salón de Milán.
Cabe destacar que ambas marcas japonesas integran el mismo grupo empresario desde 2019, al igual que otros importantes nombres como Keihin, corporación dedicada a sistemas de inyección. Este último trabajó con Honda en el desarrollo de motores. La unión entre marcas, que apenas es del año pasado, empezó a dar sus primeros frutos con el nuevo dispositivo.
Un dispositivo novedoso
Lo primero que hay que decir de este diseño presentado en el EICMA es la simbiosis que tienen dos piezas. Habitualmente separadas, se benefician de su disposición en conjunto. Se presentan como «un nuevo enfoque del diseño funcional coordinado, donde la horquilla y la pinza se fusionan a la perfección».
El área de contacto entre ambas se aumenta en un 30%. Esta mayor superficie de enlace entre ambas mejora la disipación del calor, enfriando eficazmente el sistema de frenos al transferir el calor a la horquilla delantera, lo que reduce la temperatura promedio de la pinza en un 5%.
Asimismo, otra ventaja es la reducción de peso. Al reducir la cantidad de componentes dedicados al montaje, el peso no suspendido se disminuyó en 200 gramos. Esta mejora no solo reduce la carga, sino que brinda un alto nivel de rigidez. La pinza cuenta con múltiples aletas para aumentar la disipación de calor sin comprometer esta última.
La intención de Nissin y de Showa es poder emplear esta pinza de freno integrada en la horquilla tanto en motos de calle como en aquellas destinadas a la competición. En los últimos tiempos, otros nombres relevantes de la industria, como Brembo, también trabajaron incesantemente en nuevas tecnologías enfocadas al apartado de la seguridad.
