Una de las características de la marca del Conde de Agusta es la de mezclar el diseño con la deportividad con garantía de masiva aprobación.
Un modelo peculiar, que rompe moldes con lo que hasta ahora se denominaba moto deportiva.
Una tres cilindros que inaugura el segmento Supermotard “de lujo” con un planteamiento impresionante y un mar de pequeños pero distinguidos detalles.
Si hay un segmento dentro del mundo de la moto que está viviendo una época dorada, por lo menos en lo que a novedades se refiere, ese es el de las Supermotard. La última en aterrizar y quizá la de diseño más espectacular alcanzado hasta el presente es Rivale 800 de MV. La marca del Conde Agusta sigue firmando algunas de las máquinas más bonitas del mundo.
Tras las presentaciones de las Brutale de 675 y 800cc, la casa de Varese mostraba en el pasado salón de la motocicleta de Milán su futura Supermotard; una moto que supone una auténtica vuelta de tuerca en este segmento gracias, sobretodo, a un diseño impactante y a un derroche de pequeños detalles de calidad.
Una creación que demuestra que Giovanni Castiglioni ha tomado el testigo de su padre y que ve en los tres cilindros la tabla de salvación de MV Agusta, una marca que siempre ha vivido al borde del abismo económico por decisiones excesivamente temperamentales del “factotum” Castiglioni.
Desde que Triumph lanzase hace algunos años su primera Súper Sport de tres cilindros han sido muchas las voces que han alabado esta solución mecánica, considerándola la mejor para una deportiva de cilindrada media. Así debieron pensar también en MV Agusta cuando tomaron la decisión de utilizar esta configuración para sus F3 y, se especula que no van a ser los últimos en confiar en un tricilíndrico: Yamaha ya tiene uno preparado, y vendrían más de otros sellos.
Ver nota completa en Exclusivo Motos 109, abril 2013.