Harley-Davidson Fat Boy: esencia norteamericana

De todo el catálogo de Harley-Davidson, la familia Softail y específicamente la Fat Boy, son parte de uno de los segmentos más importantes e ineludibles de su trayectoria. Su historia se remonta a principios de la década de 1980, años en los que la marca estadounidense se encontraba bajo la dirección de un grupo empresario que poco tenía que ver con el mercado de las dos ruedas. Esta situación quedó en evidencia cuando la centenaria fábrica comenzó a comercializar modelos de baja cilindrada con el único objetivo de aumentar sus ventas, aunque su estética y rendimiento no representaban en lo más mínimo a la esencia de H-D. Ese mal paso fue aprovechado por las firmas japonesas que, rápidas de reflejos, se introdujeron al segmento custom americano sabiendo que el mayor exponente de ese mercado estaba debilitado. Sin embargo, favorablemente para la casa de Milwaukee, el nieto de uno de los fundadores de la marca, decidió comprar la fábrica e intentar devolverle el espíritu a la empresa. Su nombre era Willy G. Davidson, diseñador que retomó el sendero de la compañía y cambiaría, finalmente, el destino de la empresa. Es en este contexto en el cual empezó a tomar una relevancia

De todo el catálogo de Harley-Davidson, la familia Softail y específicamente la Fat Boy, son parte de uno de los segmentos más importantes e ineludibles de su trayectoria.

Su historia se remonta a principios de la década de 1980, años en los que la marca estadounidense se encontraba bajo la dirección de un grupo empresario que poco tenía que ver con el mercado de las dos ruedas. Esta situación quedó en evidencia cuando la centenaria fábrica comenzó a comercializar modelos de baja cilindrada con el único objetivo de aumentar sus ventas, aunque su estética y rendimiento no representaban en lo más mínimo a la esencia de H-D.

Ese mal paso fue aprovechado por las firmas japonesas que, rápidas de reflejos, se introdujeron al segmento custom americano sabiendo que el mayor exponente de ese mercado estaba debilitado.

Sin embargo, favorablemente para la casa de Milwaukee, el nieto de uno de los fundadores de la marca, decidió comprar la fábrica e intentar devolverle el espíritu a la empresa. Su nombre era Willy G. Davidson, diseñador que retomó el sendero de la compañía y cambiaría, finalmente, el destino de la empresa.

Es en este contexto en el cual empezó a tomar una relevancia cada vez más importante la familia Softail, la cual está determinada por el famoso chasis rígido que cuenta con la amortiguación trasera “escondida” en la zona baja del colín: un diseño que la firma le compró a Bill Davis, un preparador muy admirado por Willy G. Davidson.

Con esa estructura y con una estética custom, en 1982 se lanzó una nueva generación de Softails que encaminó nuevamente a Harley-Davidson en el sendero del éxito, un trayecto que tocó su pico máximo en 1989 cuando se presentó el prototipo de la Fat Boy en el encuentro más célebre de los Estados Unidos, el Bike Week de Daytona, Florida.

Un año más tarde, en 1990, fue lanzada al mercado. Las primeras Fat Boy contaban con un motor Evolution de 1.340 cc y, a diferencia de la actualidad, un diseño predominantemente en color gris. Al año siguiente, es decir, en 1991 su fama creció aún más cuando Arnold Schwarzenegger la utilizó en la exitosa película “Terminator 2”.

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De esencia “rockera” y en plena batalla con las marcas japonesas por el liderato de esa parte del mercado esta moto fue pensada como un arma para terminar con las máquinas niponas. Si bien nunca pudo ser confirmado, diversos rumores se difundieron respecto al origen del nombre de estas motocicletas. Más precisamente, existe una historia que señala que su polémico nombre es un guiño a las bombas Fat Man y Little Boy que Estados Unidos lanzó sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial, de allí su identificación como armas para minar los productos japoneses que inundaban el mercado norteamericano. Lo cierto es que esta historia despertó un gran fanatismo entre los motociclistas estadounidenses más nacionalistas y con el tiempo se transformó en un verdadero ícono de la esencia y el espíritu motociclista tanto en los Estados Unidos como alrededor del mundo.

Con el paso de los años, la Fat Boy fue evolucionando: del motor de 1.340 cc de antaño, se pasó a un motor de 1.584 cc y a uno de 1.690 cc en el 2012.

Finalmente, en el 2019 la Fat Boy fue parte de la gran renovación que Harley-Davidson realizó sobre la gama Softail. Actualmente se encuentra disponible en dos motorizaciones: una con el motor Milwaukee-Eight 107 y otra con el Milwaukee-Eight 114, ambos bicilindricos en V a 45°, refrigerados por aire y cuya única diferencia es la cilindrada: el primero de 1.745 cc y el segundo de 1.868 cc.

Con una actualización que comprende una estética moderna, cambios en la parte de ciclo y más tecnología , Harley-Davidson logró renovar uno de sus modelos más representativos de los últimos 30 años manteniendo la esencia que puso a la marca como un objeto de culto en la historia del motociclismo.

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