Todas las motos cuentan con diferentes tipos de cable que se encargan de generar acciones que tiene como objetivo poner a rodar el vehículo y, una de estas piezas, es el cable acelerador.
Como su mismo nombre lo indica, el cable acelerador es un componente elemental para el normal desempeño de la moto. Como tal es importante entender su uso y darle el mantenimiento necesario para evitar un desgaste prematuro que derive en averías.
Si un cable de acelerador está gastado, dañado, mal ajustado o corroído puede provocar condiciones peligrosas para la conducción y un rendimiento deficiente del motor. Por eso repasamos junto a la marca Botta algunos aspectos a tener en cuenta.
Claves para el buen funcionamiento
Para que el cable de acelerador funcione de forma correcta, en primer lugar es importante lubricarlo periódicamente. La lubricación facilitará el control del puño del acelerador. Al necesitarse un menor esfuerzo de la muñeca se logrará optimizar el control de la moto por parte del conductor y, por lo tanto, se ganará una mayor seguridad al transitar.
Otro punto fundamental es corroborar la holgura. Si el cable de acelerador está muy tenso uno de los escenarios posibles es que la moto se acelere sola. En caso contrario un cable de acelerador con mucha holgura ralentizará la respuesta de la moto al acelerar. De este modo se producirá un retardo entre el accionamiento del puño y la entrega de potencia.
Por último es esencial contar con un proveedor de confianza y comprar buenos cables. Es aconsejable apostar siempre por repuestos que ofrezcan una óptima relación precio-calidad para asegurarse la mayor durabilidad posible. En este sentido Botta cuenta con cables de acelerador, embrague y freno así como una amplia variedad disponible para modelos de baja cilindrada.
La clave final pero no menos importante, es tener siempre presente las indicaciones que se establecen en el manual de usuario. De esta forma se podrá mantener los cables de control en buenas condiciones y la moto funcionando de forma correcta según los estándares establecidos por el fabricante.