5 consejos para comprar una moto usada

El boom del mercado de segunda mano es una realidad absoluta pero con tantas posibilidades a mano puede ser difícil encontrar una unidad que cumpla todas las exigencias. ¿Qué es importante evaluar a la hora de comprar una moto usada? Nuestro especialista Bernardo Santos nos trae 5 consejos para tomar la mejor decisión.

5 consejos para comprar una moto usada por Bernardo Santos

5 consejos para comprar una moto usada por Bernardo Santos

En muchos casos los vehículos (aunque no todos) se transforman en objetos “reserva de valor“ que sus dueños pueden utilizar para afrontar momentos en los que la economía es un tanto inestable, como justamente sucede en el medio de una pandemia. Ya sea porque las motos no pierden su valor tan fácilmente con el paso de los años o por el precio más elevado de las unidades nuevas, los modelos de segunda mano están en un claro auge, con los pro y las contras que eso conlleva.

Por ejemplo, según los datos de La División Motovehículos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), se transfirieron en los primeros cinco meses de 2021 más de 144000 unidades, un 61% más que en el mismo periodo del 2020. Claro está en el año pasado, el primer semestre fue de total incertidumbre a raíz de las diferentes restricciones y de las caídas de los mercados en general, por lo que muchos pensarán que ese número de transferencias no es una tendencia totalmente analizable, y es verdad. Pero si se observa los patrones mes por mes del corriente ciclo se puede ver que en muchos de los meses el número de transferencias superó al de los patentamientos (138.000 aproximadamente en los primeros cinco meses del año).

Los números están claros. Hay oferta y demanda de los motovehículos usados, pero cuando esto sucede puede que el posible comprador tenga una tarea compleja si quiere encontrar una moto que esté dentro de su presupuesto y, no menos importante, que esté en buen estado. Por eso, es necesario tener en cuenta algunos detalles a la hora de buscar la unidad y, posteriormente, inspeccionarla antes de realizar cualquier transacción.

1) Investigación previa y primer contacto con el vendedor

Puede sonar obvio, pero antes de elegir una moto usada para comprar el interesado debe saber todo lo que más pueda del modelo, así será más fácil entender qué tiene de valor agregado la unidad que posteriormente se va a analizar o al contrario, que características tiene que le quitan su valor.

Si las búsquedas se realizan por internet, un detalle no menor es la cantidad de fotos que el vendedor muestra en las publicaciones y la información que detalla. Una persona que exhibe tanto las cosas positivas como las negativas de su moto podría ser más confiable. La búsqueda de la moto debe ser exhaustiva y paciente.
Una vez que se contacta a la otra parte, es importante programar una cita para ver la moto en persona y si es posible, pedirle al vendedor que al momento de encontrarse la moto esté fría y que sea en un lugar con la mayor cantidad de luz posible. También exigir información legal importante, como número de dueños anteriores, historial de servicios (preferiblemente en talleres oficiales) y multas. Si alguien realmente quiere vender si vehículo debería brindar esa información sin problemas.

2) Estética: comienza el análisis

Una vez ya en la cita con el vendedor, es importante tomarse el tiempo necesario para ver la unidad y, si el interesado no tiene demasiada experiencia, puede llevar a un mecánico a ver el estado general de la moto. Si no cuenta con esa asistencia, hay algunos puntos a analizar que pueden evidenciar golpes leves, fuertes y hasta falta cuidado.

La estética siempre será lo primero que impacte al interesado, por eso hay que ser cauteloso. En caso de que la moto tenga un golpe fuerte, seguramente el carenado y los plásticos fueron reemplazados, por eso hay que prestar atención a los contrapesos del manubrio, a los espejos, intermitentes, a los bordes del colín, a las tapas del motor y a las defensas, si es que la moto las posee.

Si esos componentes están en buen estado es un indicio positivo, si tienen algunos golpes menores puede ser que la moto se haya caído estando parada, en cambio si está raspada puede que esa caída haya sido en movimiento, lo que sería una señal de alerta para continuar con la supervisión.

3) Suspensiones, frenos y cadena

Comenzando por el eje delantero, un buen ejercicio es comprimir la horquilla con fuerza para verificar que su recorrido sea homogéneo y para detectar posibles ruidos en los componentes de la dirección. También, desde la posición de conducción, ver que todo está alineado y en su lugar.

Luego de mover la horquilla, verificar con la mano o con una servilleta los barrales buscando pérdidas de líquido a raíz de retenes en mal estado. Si bien no es un desperfecto grave, es un problema que con el tiempo se puede hacer mayor por lo que es importante solucionarlo rápidamente.

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Atrás se pude realizar una práctica similar, intentando accionar el o los amortiguadores. De paso, chequear la cadena y su movimiento. Si el juego es muy exagerado, puede que la cadena esté exageradamente floja y por lo tanto que el juego de transmisión esté un tanto desgastado, lo que se puede verificar observando los dientes de la corona: si están muy afilados, saber que prontamente habrá que cambiar el kit, en cambio si están más cuadrados todavía tienen vida útil.

Los frenos de disco, por su parte son un buen termómetro del uso de la unidad. Luego de tocarlos, su textura debe ser uniforme y no deberían presentar el típico escalón que aparece cuando ya tiene muchos kilómetros. A su vez, se puede mirar si el disco está plano, ya que es un buen testigo de choques o caída.

4) Neumáticos y llantas

Las ruedas pueden dar indicios de los cuidados que tuvo la moto anteriormente, pero también de cómo se usó. Es importante verificar que las llantas no tengan golpes ni abolladuras. También, es una buena opción ver en los bordes de las mismas si tienen muchas marcas de cambios de neumáticos, lo que puede delatar un uso excesivo.

Los compuestos, por su parte, se verán más gastados en la parte central si la moto se utilizó solamente en rutas y calles. En cambio, si muestra los laterales con mucho desgaste significa que el anterior dueño pudo haber realizado una conducción un poco más agresiva, tumbado la unidad hasta el máximo, lo que no está mal, pero que puede evidenciar un trato poco común. No es lo mismo, por ejemplo, una moto con 30000 kilómetros realizados dentro de sus capacidades técnicas, a la misma cantidad llevándola al límite.

5) El motor: lo más importante y lo más difícil de analizar

El impulsor de la moto tiene cientos de puntos a verificar, los cuales son demasiados para ver en un rato solamente, por eso lo ideal es llevar a un mecánico experimentado que pueda ver lo más importante.

Caso contrario, el comprador puede tener en cuenta algunos detalles si no tiene mucha experiencia en mecánica: el primero, pedir que se encienda la unidad en frio. Si el dueño utiliza por demás el acelerador, hay algo que no está bien, de la misma manera que si la moto no enciende a la primera vez. En caso de que la unidad esté alimentada por carburador, se puede ser un poco más permisivo.

Como segunda acción, es necesario chequear que del escape no salga humo y colocar la mano cerca de él para corroborar que no expulse ningún fluido.

Tercero, con una servilleta tocar la panza del motor en búsqueda de aceite fresco, lo que no sería una buena señal. Hay que prestar atención especial, ya que se puede encontrar aceite viejo, suciedad y hasta grasa de la cadena, lo que seria totalmente normal. Los demás detalles, se podrán corroborar con una prueba de manejo.

Testeo final: una prueba rápida muy importante

Si está latente la oportunidad de dar una pequeña vuelta en la moto hay que aprovecharla sin dudar y testear en un principio todo lo que tenga que ver con la electrónica: luces, testigos, giros, botones y bocina, etcétera.

Luego, con la cabeza fría y sin dejarse llevar por la emoción de subirse a la que puede ser su futura moto, intentar escuchar el motor en búsqueda de un sonido regular y sin fallas, así como probar los frenos y las suspensiones, esta vez en movimiento.

Con estas prácticas, se podrá analizar minuciosamente la moto y conocer cómo fue su pasado para saber si es una buena oportunidad de compra o no. Por último, recalcar dos conceptos importantes: primero, desconfiar de los vendedores que no otorgan facilidades en la información legal de la unidad y segundo, no tomar decisiones apresuradas a la hora de elegir ya que seguramente habrá más de una posibilidad para adquirir ese modelo tan deseado.

Fuente/s: Exclusivomotos

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