Era el año 1986 cuando la Kawasaki GPz 900r alcanzó su pico de fama al ser usada por Tom Cruise en la mítica película Top Gun y, al día de hoy, hablar de esta motocicleta es referirse a uno de los modelos más recordados por los amantes de las dos ruedas, no sólo por su aparición estelar en la pantalla grande sino también por lo que significó para la historia del motociclismo.
Cuando esta unidad salió al mercado en el año 1984, modelos como la Kawasaki GPz 1100, las Suzuki GSX 1100 y Katana o la Honda CB 1100 R se encontraban en lo más alto del mercado, por lo que fue no sólo superadora de los modelos de las marcas rivales sino que también de otros de la misma empresa. La GPz 900R alojaba una parte fundamental de su posterior éxito en sus características mecánicas que le otorgaban un alto rendimiento y es por esto que la aparición de esta nueva apuesta de Kawasaki significó una completa revolución para la industria.
El corazón de la GPz 900 R era un propulsor de 908 cc, de cuatro tiempos, cuatro cilindros en línea y refrigerado por líquido con culata DOHC de 16 válvulas. Fue el primero en su tipo y se convirtió en el más compacto de aquel momento. Además, contaba con la cadena de distribución en una de las puntas del cigüeñal, el alternador en la parte trasera de los cilindros y estaba asociado a una caja de cambios de seis velocidades. Con esta configuración, el motor erogaba 115 CV de potencia máxima a 9.500 rpm y tenía un torque de 85.31 Nm a 8.500 rpm y todo esto se veía reflejado en la velocidad final que declaraba la moto: más de 250 Kilómetros por hora. Estas excelentes cifras para la década de 1980 la convertían en una verdadera deportiva y en algo absolutamente diferente a todo lo que se había visto hasta el momento.
La estructura de la moto estaba diseñada a partir de un chasis de doble diamante que incluía al motor como parte del mismo. El subchasis fue realizado en aluminio y el resto era hecho de aleaciones. La parte ciclo también contaba con elementos de avanzada para aquel entonces: las suspensiones estaban aseguradas a partir de una horquilla delantera neumática con sistema anti hundimiento en la parte delantera, un sistema de aire comprimido que trabajaba para evitar rebotes de suspensión y que estaba acompañado por un sistema Uni-Track con sistema neumático ajustable como único amortiguador en la parte trasera. A esto se le sumaban dos discos de freno delantero y uno trasero.
El mecanismo de freno contaba con disco delanteros dobles de 280 mm y de gran efectividad y un disco de 270 mm con pinza de pistón en la parte trasera. Por último, la Kawasaki GPz 900 R tenía un depósito de 22 litros y declaraba un peso total de 249 kilogramos.
Con este modelo, Kawasaki recuperó terreno en el segmento de las motos deportivas que había perdido frente Honda en los años anteriores y dio nacimiento a la saga “Ninja” de la marca. En su versión original se mantuvo en el mercado por más de diez años hasta 1996, cuando se dejó de fabricar y en total fueron 12 años de existencia de la Kawasaki GPz 900 R, tiempo suficiente que le alcanzó para ser pionera y dar el puntapié inicial a toda una nueva generación de unidades dentro del segmento deportivo.