Honda Super Cub por K-Speed: súper cool

La empresa tailandesa K-Speed es una de las compañías especializadas en preparaciones más reconocidas de Asia, por imprimirle a sus proyectos un estilo moderno, único y sobre todo muy radical. En esta ocasión decidieron modificar una Honda Super Cub, un mítico scooter que en sus 60 años en el mercado vendió más de 100 millones de unidades a lo largo del mundo, intentando reinventar su personalidad clásica. En asociación con Storm Aeropart buscaron lograr ese cometido con la modificación casi íntegra del eje trasero, donde se eliminó el subchasis por lo que se anclaron los amortiguadores prácticamente debajo del asiento. También se alargó el basculante para darle lugar a un rodado de mayor tamaño. NOTA RELACIONADA:  Triumph se mete de lleno en el enduroEl detalle que más destaca en esta moto son sus llantas lenticulares de fibra de carbono, acompañadas por neumáticos anchos con dibujo estilo bobber. Además, se cambió el sistema de frenado a tambor que equipa el modelo de serie por discos en los dos ejes. El propulsor monocilíndrico de 109 cc no se retocó técnicamente, salvo por su nueva decoración en color negro y por un escape firmado por la empresa Diablo. Un manubrio más bajo, estriberas

La empresa tailandesa K-Speed es una de las compañías especializadas en preparaciones más reconocidas de Asia, por imprimirle a sus proyectos un estilo moderno, único y sobre todo muy radical. En esta ocasión decidieron modificar una Honda Super Cub, un mítico scooter que en sus 60 años en el mercado vendió más de 100 millones de unidades a lo largo del mundo, intentando reinventar su personalidad clásica.

En asociación con Storm Aeropart buscaron lograr ese cometido con la modificación casi íntegra del eje trasero, donde se eliminó el subchasis por lo que se anclaron los amortiguadores prácticamente debajo del asiento. También se alargó el basculante para darle lugar a un rodado de mayor tamaño.

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El detalle que más destaca en esta moto son sus llantas lenticulares de fibra de carbono, acompañadas por neumáticos anchos con dibujo estilo bobber. Además, se cambió el sistema de frenado a tambor que equipa el modelo de serie por discos en los dos ejes.

El propulsor monocilíndrico de 109 cc no se retocó técnicamente, salvo por su nueva decoración en color negro y por un escape firmado por la empresa Diablo. Un manubrio más bajo, estriberas especiales, un velocímetro minimalista y su decoración marrón y negra finalizan la estética de esta llamativa moto nipona.

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