Una reducida producción de sólo 50 unidades, en principio, será lanzada por la firma oriunda del norte de Europa, cuya misión es “contribuir a acelerar la transición hacia una sociedad de emisiones cero, mientras mejora la emoción y la diversión, desarrollando motos todo terreno ligeras, silenciosas y limpias de alto rendimiento”, según describe su página web.
La Kalk es el primer proyecto que la marca creó bajo la premisa de la simpleza. Su carrocería de fibra de carbono, el chasis de aluminio y los varios componentes forjados en aleación encierran debajo de una visual muy minimalista un peso que no excede los 70 kg.
Es propulsada por un motor IPM que no genera emisiones y que rinde 15 Kw, es decir, 20 CV de potencia máxima -9 Kw de fuerza continua-, 42 Nm de torque y 80 km/h de velocidad punta. Está acompañado por una batería de celdas de litio de 51.8 voltios, lo que equivale a una autonomía de 80 km por carga. Esa performance deja en claro que la personalidad del modelo no es totalmente urbana, sino que está pensada para aquellos que disfrutan de un andar más lúdico fuera de carretera.
Otra firma oriunda de Suecia, como Öhlins desarrolló especialmente para esta moto una horquilla invertida TTX ajustable de 38 mm de diámetro y 204 mm de recorrido, que tiene varias posibilidades de regulación. También, equipa frenos con disco de 220 mm y pinzas de cuatro pistones, muy potentes.
La Kalk, cuyo nombre traducido del sueco al español significa piedra caliza, posee un apartado tecnológico no tan sencillo como su estética, determinado por los tres modos de conducción, capacidad de ajuste del freno-motor, sistema de recuperación de energía en frenado y un software de creación propia para gestionar el rendimiento del propulsor. La empresa anunció que los interesados ya pueden reservar su unidad, las cuales serán distribuidas a partir de junio de 2018.